Más del 60% de la población de
Guatemala es indígena de origen maya. En los pueblos del interior, lejos de la
capital, ese porcentaje aumenta hasta alcanzar casi el 100%. Por eso, si se
quiere conocer la cultura maya y su arquitectura hay que empezar por Guatemala.
La cultura maya se extendió por un amplio
territorio que iba desde el Yucatán mejicano hasta Guatemala, Honduras y El
Salvador, pasando por Belice. Con esto quiero decir que aunque hay aspectos
claramente comunes en la arquitectura popular desarrollada en ese amplio
territorio, también hay diferencias.
Indudablemente los mayas fueron la
civilización mesoamericana más importante de América Central, y eso se aprecia
en su arquitectura noble, culta, la de los templos y los grandes asentamientos,
realmente impresionantes. A diferencia de ello su arquitectura popular fue
humilde y sencilla, con muchas similitudes con otras arquitecturas de pueblos
vecinos y climas similares. Pero eso no quiere decir que no sea destacable o
que no tenga valores bioclimáticos propios, porque los tiene.
Casa maya
tradicional
El clima en Guatemala, a pesar de
ser un país pequeño cambia bastante dentro de su propia monotonía. Las
variaciones de altura hacen que cada 30 km haya un piso térmico distinto. Pero
quizá la diferencia más significativa esté en la variedad de suelo que hay
entre las zonas volcánicas cercanas a la capital y las de la selva. La parte
del país en torno a los volcanes tiene un suelo fértil y es raro ver alguna
parte del territorio sin cultivar. Los maizales abundan por doquier en las
zonas planas, pero también en las muy inclinadas y abruptas, en terrenos
grandes y en pequeñas explotaciones familiares. Sin embrago, la zona de la
selva es un suelo calcáreo y pobre donde es difícil cultivar y es por eso un ecosistema
delicado. Cuando se destruye parte de ese bosque tropical es difícil que se
recupere a corto plazo. Como ejemplo puedo decir que el terreno dedicado a los
cultivos, después de una cosecha debe estar 15 ó 20 años en barbecho para
recuperar sus nutrientes.
Qué duda cabe que la selva es su
gran riqueza. Guatemala viene de la palabra maya Quauhtlemallan, que quiere
decir “lugar de árboles”; no puede ser más simbólico el nombre.
Antes de ver viviendas populares
empecé por los sitios arqueológicos donde se asentaban las ciudades y en los
que se conservan las ruinas de los templos, palacios y pirámides, pero en los
que no quedan vestigios de las casas tradicionales. Lo que sí queda es la
permanencia de sitio sagrado. El primero al que fui, discreto en comparación
con los que vería a continuación, fue Iximché.
Sitio
arqueológico de Iximché
En Iximché las pirámides no son
demasiado altas ni espectaculares, pero tuve la fortuna de ver un rito
tradicional. Estos espacios están muy protegidos pero los indígenas mayas
tienen libertad para acceder a ellos para realizar sus ceremonias. Un grupo, en
torno a un chamán, le escuchaba en lo que probablemente era un acto funerario.
Quemaban comida, flores, bebidas alcohólicas y encendían pequeñas velas de
colores. Su lenguaje es la lengua maya. Hay varios dialectos, dependiendo del
lugar, pero según me dijeron las palabras importantes son las mismas y se
entienden razonablemente bien entre ellos. Por supuesto, su segunda lengua, que
aprenden en el colegio junto con el maya, es el castellano. Las ropas de esta
gente también son las tradicionales. Cambian un poco entre pueblos y zonas, más
en los hombres que en las mujeres, donde la única variación está en el color:
una blusa bordada llamada güipil y una falda que es un corte de tela enrollada
en la cintura.
Rituales
maya en Iximché
Me parecía lógico pensar que si mantenían
la tradición de la lengua, la vestimenta y los ritos, aunque su vida se hubiera
modernizado, también se conservaran las viviendas tradicionales mayas. Sin
embrago, en esta zona del país no existe la vivienda ligera que quería ver. Se
trata de una zona moderadamente fría, donde no es necesaria la extrema
ventilación precisa en las zonas situadas más al norte. Las temperaturas
mínimas fluctúan a lo largo del año entre 10 y 15 ºC, y las máximas rara vez
superarán los 30 ºC. Por eso las cubiertas no son las de palma que esperaba, ni
los muros de bajareque, sino de tierra, que proporciona mayor protección ante
el frío y que se comporta también bien en verano. Más adelante tendría ocasión
de ver magníficos ejemplos de arquitectura colonial con adobe en Antigua.
Antigua, cuyo nombre completo es
Antigua Guatemala, fue la capital hasta 1776, cuando se trasladó a la ciudad de
Guatemala, la moderna, no la antigua, cuyo nombre original fue Nueva Guatemala
de la Asunción. Se trasladó después de que un terremoto destruyera Antigua por
tercera vez, pero esto no fue malo del todo porque la preservó de la presión
inmobiliaria, del crecimiento incontrolado, y permitió que hoy en día
conservemos la estructura y la imagen de la ciudad colonial que fue.
Durante la época de la colonia era
conocida como la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santiago de los Caballeros de
Guatemala. Durante esa época se construyeron allí un sinfín de conventos que
los sucesivos terremotos se encargaron de ir derrumbando. Hoy, salvo alguno
recuperado para otro fin, como el hotelero, los demás son ruinas. Sin embrago
las viviendas de adobe mantienen su estructura original en torno a un patio,
con una planta alta con una galería que bordea ese patio. Dado el clima
moderado y la abundancia de agua, estos patios son vergeles que aseguran una
temperatura 3 ó 4 ºC más baja que en la calle. Como todas las dependencias dan
a ese patio, las condiciones interiores del edificio son estupendas.
Patio de las viviendas coloniales de Antigua Guatemala. La
vegetación, la sombra y la temperatura benigna los convierte gracias a sus
cualidades bioclimáticas en un punto de tranquilidad, de reunión o de venta
La arquitectura colonial seguía
unas reglas muy estrictas fijadas por las ordenanzas: un damero bien orientado
con una precisa regulación de anchura de calles y altura de edificios. Así se
aseguraba la ventilación y el soleamiento o la protección solar según el caso.
Nuestro planeamiento urbano actual también debería pensar en ello.
Antigua es
un mundo de ventanas. Todas son diferentes. Cada una de ellas tiene su detalle,
la reja normalmente de hierro, pero a veces de madera, con un diseño
diferenciador, la forma y proporciones, y el color. Las rejas y los adornos me
recordaron inmediatamente a los pueblo andaluces, ¿funcionarán aquí igual de
bien que en España?, estoy seguro de ello
Las edificaciones de Antigua usan
en las ventanas la rejería tradicional que se puede ver en España, pero de
todas las rejas las más llamativas y atractivas son las de las ventanas en esquina,
algo muy propio de algunas ciudades coloniales en América, pero que no es
habitual de la península. Estas ventanas en esquina permiten la visión de las
bocacalles que llegan al cruce; ignoro la necesidad o el motivo exacto, pero lo
que es cierto es que colocada en ese punto se aprovechan mejor los vientos,
vengan en el sentido que vengan, asegurando la ventilación permanente que
necesitan.
De todas las ventanas, las más atractivas e interesantes
son las de esquina. Además de permitir una visión más amplia de los accesos por
las dos calles, ¿ayudaran a una mejor ventilación también?
Antigua es un ejemplo de que la
arquitectura colonial funciona en regiones donde la humedad no es extrema. Mi
opinión es que si no hubiera funcionado no existiría, habría desaparecido o se
habría transformado radicalmente. Sin embargo hubo adaptación para mejorarla,
conservando lo fundamental: muy cerrada al exterior, volcada al patio y con
grandes muros de tierra revocados en blanco.
Unas
gigantescas chimeneas coronan las cubiertas de las casas de Antigua. Están
colocadas encima de sus enormes cocinas para que salga el humo pero también
para mover el aire fresco del patio por las dependencias del edificio. La
diferencia de altura y la diferencia de presión consiguiente se encargan de
ello
La adaptación de una arquitectura
foránea, como la colonial, a un nuevo territorio era necesaria. Por ejemplo, en
algunas iglesias se construye la “gallina ciega”, un doble muro que crea una
cámara de aire, con huecos al exterior y una especie de balconada hacia el
interior. Con este juego de aberturas se producía una ventilación de la iglesia
con el aire fresco de la cámara.
Color y tranquila sencillez en las calles de Antigua
La casa colonial no usó la piedra
empleada en los templos, sino que prefirió el uso del adobe, al igual que usa
la casa maya el barro, porque ofrece mejor comportamiento térmico: mejor
aislamiento, mayor estabilidad térmica, mayor regulación de la humedad y, como
es lógico, era de más fácil ejecución. La cubierta siempre se hacía de teja,
por hábito y por perdurabilidad. Sin embargo, a pesar de tener tantos elementos
comunes con las construcciones tradicionales españolas, también tenían los aspectos
constructivos y estructurales de adaptación a un nuevo lugar. Las armaduras de
los techos estaban atadas en lugar de clavadas o macladas, para darles la
elasticidad necesaria en los lugares sísmicos. Y dado que los muros de tierra
son más endebles a los sismos que los indígenas de bajareque, los cuatro muros
están unidos con una viga de madera, a modo de zuncho de atado para
estabilizarlos en caso de terremoto. De nuevo la adaptación de una buena
solución bioclimática a un entorno diferente al original.
Hoy en día la ciudad es Patrimonio
de la Humanidad y eso ha hecho que se convierta en un reclamo turístico y que haya
ayudado a que los edificios se mantengan, convirtiéndose en hoteles,
restaurantes o tiendas, todos de calidad, sobre la estructura arquitectónica
existente, conservándola y potenciándola.
La selva
del Petén impresiona cuando se ve desde arriba, como en esta foto desde un
templo, y emociona cuando se camina por ella
De esta zona de clima moderado
fresco, volé a la región de Petén, en plena selva tropical. Nada más aterrizar
en el aeropuerto de Flores sentí el cambio de clima. Flores está en una pequeña
isla en uno de los lagos de la región. Se encuentra en la segunda selva
tropical por extensión de América, tras la Amazonía. En décadas pasadas fue el
asentamiento de mucha población que huía por temas políticos o económicos.
Guatemala ha sido un país muy castigado por regímenes militares dictatoriales y
por un estado policial.
Los desplazamientos de población
hacia esta zona del Petén hizo necesaria la creación de nuevas aldeas y zonas
de cultivo, para lo que fue precisa la tala y deforestación de amplias zonas de
selva, con un daño ecológico inmenso. Hoy en día todo está muy reglado pero el
daño ya es irreparable.
En la región de Petén hay poca
agricultura, porque como he dicho los suelos son pobres. Son zonas básicamente
ganaderas con pastizales explotadas en grandes fincas, frente a las pequeñas
parcelas de la zona de Atitlán.
Sin embargo, las zonas donde hay
aprovechamientos agrícolas tradicionalmente han seguido los principios de lo
que hoy se conoce como permacultura, propiciando un ecosistema natural mediante
la multiexplotación simultánea. Permacultura es un término acuñado por los
australianos Bill Mollison y David Holmgren en 1978; es una contracción de
“permanent agriculture”, en inglés. Es decir, a la vez que se cultiva el maíz,
hay matas de frijoles, calabazas, papas y otras plantas compatibles, combinadas
de una forma consciente. De este modo la actividad con la tierra era constante
y los recursos obtenidos también permanentes. La tierra se autorregenera con
esta actividad y en poco terreno se pueden conseguir grandes resultados, frente
a los monocultivos. Los mayas fueron precursores de esta actividad muchos
cientos de años antes de que se hablara de ella y se le diera nombre.
El clima había cambiado. Las
temperaturas en estas zonas pueden llegar a los 37 ºC y la humedad relativa
siempre es alta, 80…90%. Únicamente puede bajar hasta los 50 ó 60% al mediodía cuando
suben las temperaturas. En esas condiciones la protección solar y la
ventilación durante todo el día se convierten en las estrategias arquitectónicas
de diseño imprescindibles. Aquí sí iba a encontrar las casas mayas
tradicionales.
La choza
tradicional
Aún quedan muchas de estas cabañas que
no han cambiado significativamente en tres mil años, mucho antes de la llegada
de Colón. Existen evidencias arqueológicas que ubican sus antecedentes en el
Preclásico, entre el 2000 y el 250 a.C. De ese período se han encontrado restos
de plantas de casas circoagonales muy semejantes a las actuales en Uxmal, Chunchucmil y Chichen
Itzá. La referencia más antigua que se ha encontrado de una vivienda maya está
en Belice.
La vivienda popular maya es la
cabaña ancestral típica de tantos pueblos de climas cálido-húmedos. Las paredes
se apoyan en unos palos verticales que se hincan en la tierra, los horcones,
denominados noh ocom. Sobre esa estructura, los muros se
constituyen por un emparrillado de bejucos, la denominación genérica que se da
en el Caribe a las plantas trepadoras. A veces es una parrilla vertical, a
veces una parrilla en diagonal. Normalmente tendrán un recubrimiento de barro
pero en algunas pueden dejar el bejuco al aire para que ventile mejor. El
recubrimiento se conoce como pac´lumm,
y consiste en una mezcla de tierra roja, kankab,
mojada con zacate picado, una herbácea decorativa, que al adherirse al tejido
conforma una pared resistente. Este tipo de construcción de paredes se llama
bajareque o bahareque en toda América.
Los muros
de las casas maya a la larga se muestran constituidos de formas muy variadas,
pero el original es de bajareque relleno de barro y recubierto. En estas tres
fotos de tres casas distintas se ve bien su configuración
Este muro
tiene un zócalo macizo sobre un pedestal de tierra pero la parte superior está abierta
para facilitar la ventilación
Los muros se levantan sobre un
pedestal de unos 20 cm de una tierra arenosa local apisonada, sascab en maya; de ese modo evitan la
entrada de agua en la casa. El suelo se suele completar con un mortero de cal
pulido; es la misma solución que usaban los mayas primitivos para hacer las
grandes calzadas de acceso a las ciudades.
Vivienda con el muro recubierto de un mortero de cal y una poco habitual ventana
Algunas veces el arranque del muro
está recubierto de piedra, a modo de zócalo para proteger el barro de la
capilaridad del terreno. La verdad es que no vi ninguna vivienda con esa
sofisticación. Aunque llegué a ver bastantes construcciones ninguna tenía esa
base y ese zócalo.
Aquí se ve
en parte la estructura
del bajareque al aire para mejorar la ventilación con los bejucos colocados en
diagonal
La planta de la cabaña es
rectangular o en ocasiones parcialmente ovalada, circoagonal, con los lados
cortos formando una curva y manteniendo los largos rectos. Esta es la forma
histórica pero en la actualidad casi siempre con rectangulares. Este remate
semicircular de los lados cortos seguramente se hacía para ofrecer menos
resistencia los vientos huracanados propios de la zona. Aunque los vientos la
llegaran a derribar, se podría volver a levantar en dos días.
Esta casa
es de planta circoagonal. Se puede ver en la parte alta, donde se ha caído el
revoco, el bajareque que hay debajo
Fachada y
planta circoagonal de una casa maya
Sólo suelen tener un hueco, la
puerta, que está colocada en el punto central de la pared larga. En ocasiones
puede haber otra, enfrentada con la primera, en la otra pared, para facilitar
la ventilación. Aunque los mayas son de poca estatura, la puerta es claramente
baja, probablemente para que el visitante tenga necesidad de agachar la cabeza
al entrar en un gesto de respeto.
Ésta es una
vivienda casi clásica de planta rectangular. La puerta no está perfectamente
centrada pero es su único hueco y el bajareque no está bien protegido con un
recubrimiento que se va cayendo
La cubierta es inclinada, de al
menos 60º para asegurar un buen drenaje del agua de lluvia. En los extremos
curvos adquiere un carácter de medio cono, completándose en el resto con dos
planos inclinados que se juntan en la cumbrera. La cumbrera se pude resolver
con palma doblada y cosida de lado a lado del faldón, al menos es así como lo
vi en algunos sitios. Ahora es más habitual que lleven una pieza de chapa que
solape ambos faldones.
La primera foto muestra el sistema tradicional con huano
cosido de lado a lado. La segunda foto muestra una cumbrera resuelta con una pieza metálica doblada
Los largueros sobre los que apoyan
los palos de la cubierta son los pachna,
los que forman la cubierta son los hunquiche
y el de la cumbrera es el holna che.
El material de recubrimiento puede
ser de zacate o más frecuentemente de huano
(sabal japa), también llamado chiit
en lengua maya. El huano es una palma de bajo porte propia del Yucatán, que
tiene forma de abanico. Se atan varias hojas, haciendo un ramillete compacto, y
se abren en tres partes para que las dos de los extremos queden por encima del
palo en el que se sujetarán, quedando la parte central por abajo. El siguiente
ramillete se arrima mucho al anterior, para que no entre agua, y así
sucesivamente. Parte de la hoja que se coloca en el palo superior solapa sobre
la de más abajo, pero nunca hay más de dos capas en ningún punto. En conjunto
es muy ligera para que transpire, la mayor necesidad de una vivienda en un
clima cálido húmedo. Un clima más frío habría necesitado de una capa más gruesa
y pesada en la cubierta, para aislarla, como usan las pallozas en León y
Galicia.
En la foto se ve la forma como cuelga el huano, separada
la hoja en tres fragmentos y haciendo pasar el central por detrás del palo de
fijación
En estas fotos se ven ramilletes de huano recolectados a
la espera de ser usados y la palma de la que se obtiene
En este caso la cubierta está resuelta con otro tipo de
palma. Se ve como está atada en lugar de colgada
Una familia puede usar simultáneamente
una o dos cabañas, cuyo espacio interior es diáfano sin compartimentaciones.
Sus dimensiones actuales son de 4 por 8 m aproximadamente. La anchura
corresponde al tamaño de la hamaca donde duermen, que va de lado a lado colgada
de los palos verticales de la estructura. No obstante, las más antiguas eran
mucho más estrechas, con un banco de tierra o piedra donde se tumbaban a
reposar; ese mismo tipo de banco se ve en las viviendas de piedra edificadas
junto a los templos. La hamaca llegó a esta zona en el siglo XVII y con ella
probablemente el cambio de dimensiones.
La mayor parte de las actividades
de la familia se realizan fuera de las cabañas, en el exterior, junto a ellas;
es una característica que siempre destaco de la arquitectura del clima cálido
húmedo. Vi también algunas de estas casas en las que la cubierta cubría un
porche, de modo que el muro se retranqueaba en al menos uno de los dos
laterales estrechos.
Junto a estas chozas se ven espacios exteriores de
esparcimiento y actividades
Las chozas mayas deben estar
construidas en zonas donde no las cubran los árboles, porque si fuera así no se
secaría la cubierta tras la lluvia y se pudriría la hoja de palma.
Si no fuera por la dimensión, en
este caso mucho más pequeña, el parecido con la ruka mapuche sería muy grande, pero hay una diferencia notable, la ruka se construye en una parte del
territorio chileno fría, y no llega a resultar confortable en invierno, sin
embargo, la cabaña maya responde plenamente a las exigencias bioclimáticas del
clima centroamericano.
No cabe duda de que los españoles
menospreciaron este tipo de construcciones por serles extrañas y por estar
construidas de un modo humilde, pensando que la piedra era signo de grandeza y que
la palma y las ramas era un signo de carencia de recursos. Lo cierto es que lo
que había en esos materiales era el poso de generaciones y generaciones
buscando la solución a la habitabilidad más adecuada. A pesar de pensar así debieron
respetarlas porque aquí las tenemos, tal vez poco protegidas por las
autoridades actuales, que prefieren ver en ellas antropología, etnología,
historia, antes que a un hábitat adecuado, digno de ser estudiado para poder adaptarlo
a las nuevas necesidades. En los programas gubernamentales mejicanos se las
considera como espacios no habitables, no compatibles con criterios de calidad
de vida, lo que tal vez sea cierto, pero tienen valores que deben ser percibidos
para preservarlos y mantenerlos vivos.
Hay evidencias de que las viviendas
más primitivas tenían formas y proporciones muy parecidas a las actuales. Lo
iba a poder ver en persona días después en los frisos del Cuadrángulo de las
Monjas en Uxmal. También hay una representación interesante de las chozas en el
fresco del templo de los Guerreros en Chichén Itzá, que es del 1150, aunque en
este caso no lo pude visitar. En este último fresco se ve una modificación del modelo
clásico de vivienda. Se trata de la misma vivienda pero con un muro transversal
en el lado corto que deja un amplio porche sujeto con la estructura de madera
de la casa; la había visto ya en algunos pueblos.
Fresco del
templo de los Guerreros en Chichen Itzá con casas maya con porche
En esta
choza se ve en el lateral de la izquierda el porche que se ha formado
retranqueando la pared final, creando un espacio exterior de esparcimiento,
hamaca incluida
En los sitios arqueológicos mayas
sólo persiste la obra duradera, la hecha en piedra. La construcción tradicional
ha desaparecido, lógicamente. Sin embargo queda su huella. Como he comentado, la
vivienda tradicional maya se levanta sobre un pequeño pedestal de tierra que
evita que entre agua dentro. En esta idea se basaron las pirámides, que tenían
un pedestal mucho mayor y de piedra. Sobre ese pedestal una casa maya
tradicional. Lógicamente, como a todas las civilizaciones de toda las partes
del mundo, quisieron hacerlo más alto e hicieron nuevas plataformas elevando la
casa, que era el remate. Para hacer las nuevas plataformas tenían que ampliar
la base y construían sobre la más antigua, y así sucesivamente; era una forma
sostenible de aprovechar los materiales, una construcción dentro de una
construcción reutilizando lo preexistente. Una especie de matrioska maya. El
lugar de ubicación del templo no debía cambiar, y el nuevo debía erigirse sobre
las ruinas del anterior, porque lo importante es el lugar, por la energía que
detectaban en él, por sus posibles cualidades y beneficios.
En esta foto se ve una pirámide montada sobre la
anterior, siguiendo fielmente su estructura
Llegado el momento la construcción
superior, donde se iban a realizar los ritos, también se hizo de piedra, pero
conservando la imagen de la casa tradicional. Es fácil comprobarlo, en Yaxhá lo
pude ver, pero sobre todo en Tikal.
El Jaguar,
el Templo I en Tikal con una casa maya petrificada como recinto sagrado situado
en su cúspide y adornado con una crestería
La ciudad de Tikal, situada
prácticamente en el centro geográfico del mundo maya, estaba perfectamente
planificada. La ubicación de sus templos y palacios, sus avenidas y paseos,
estaban pensados con tanta antelación que pudieron pasar decenas de años hasta
que finalizaron las obras urbanas completas según la idea original. Incluso
estaba planificada la recogida de las aguas de escorrentía de la totalidad de
la ciudad, que acababan deslizándose hasta rellenar los depósitos que se
formaban en las canteras abandonadas tras la extracción de las piedras usadas
en la construcción; era un claro aprovechamiento de los espacios deteriorados
con la cantera. Para ello había en la ciudad una intrincada red de canales que
conectaban el sistema de desagüe de plazas y edificios entre sí con esos
depósitos. También aprovechaban las aguas de escorrentía de las amplísimas vías
de acceso, avenidas rectas y majestuosas de gran anchura, con acabados de cal endurecida
que ayudaban a purificar el agua, y con pendientes y petos laterales que
derivaban el agua hacia esos grandes depósitos; hoy en día siguen funcionado
esas redes tras un somero proceso de mantenimiento.
Una de las
grandes avenidas de acceso a la ciudad de Yaxhá en su estado actual y una
recreación en donde se ve como situaban cerca los depósitos de recogida de agua
Foto del lateral de las avenidas que canalizaba el agua hacia unos canales que
las llevaban a los depósitos
Había cuatro grandes avenidas que
conectaban los templos. Se les dio el nombre de arqueólogos que trabajaron en
las ruinas: Méndez, Maler, Tozzer y Maudslay. Entre los templos y las avenidas
estarían las viviendas maya que acogieron en el periodo de esplendor, entre el
550 y el 950 d.C., a unas 10 000 personas. La precisión de las fechas se debe a
lo bien datados que estaban todos los acontecimientos que acaecían en el mundo
maya y que hoy en día podemos leer en sus estelas.
De esas construcciones hechas con
materiales perecederos no quedan restos, pero la presencia de la casa maya es
permanente, basta con mirar hacia arriba y ver el remate de los templos de piedra.
Como he comentado, encima de las plataformas de los templos se construía el
único recinto habitable del conjunto, ya que las pirámides son macizas, no hay
espacios, ni cámaras en su interior. En ese recinto se realizaban los
sacrificios o los ritos para los que se habría construido la pirámide. Al
principio eran exactamente iguales a las construcciones tradicionales,
perecederas, de palma y madera, pero luego se hicieron de piedra, a imagen y
semejanza de las tradicionales. Si se mira a la parte superior del Templo I, el
llamado Jaguar, se ve esa casa rematada y adornada por una enorme crestería
para darle más empaque. Desde su cúspide se puede mirar al Templo II, que está
enfrente, ahí se repite el modelo. Este modelo en piedra está cubierto con sus
famosas bóvedas de saledizo, dejando un espacio realmente pequeño en el
interior, como sería el de las propias casas tradicionales, lo que choca si los
comparamos con la gigantesca pirámide maciza que hay debajo.
Más a lo lejos, perdidos en la
jungla, se divisan los enormes Templos III y IV, éste último de 70 m, con igual
remate de vivienda y crestería. Era evidente la importancia que tenía esa
construcción en sus vidas, convertidas en santuarios a medio camino entre el
cielo y la tierra, a los que sólo podían acceder sacerdotes y reyes; lo que
quedaba debajo era un simple pero gigantesco zócalo para soportarlas.
Los Templos I, II y IV de la ciudad de Tikal, el Templo III está en restauración, todos
ellos con casas tradicionales maya petrificadas. Que enorme importancia daban a
estas humildes construcciones
Pude ver también en Tikal cómo se
estaban rehabilitando las construcciones utilizando las técnicas originales.
Pude ver los hornos tradicionales de preparación de cal. Realmente me pareció que
estaban haciendo un trabajo magnífico.
En el entorno de Tikal vi muchos pueblos
con las perecederas casas tradicionales, muy deterioradas todas. El mantenimiento
no parece existir y cuando hay daño se procede a la sustitución del bajareque del
muro por bloques de hormigón y de la cubierta de palma por placas de chapa
onduladas, sin más. Algunas parecían que habían quedado para funciones
secundarías, para sombrear el espacio exterior en el mejor de los casos, pero
también para almacén o garaje.
Construcciones
con zonas cubiertas para actividades exteriores
Desde Tikal me desplacé hacia la
frontera de Méjico en coche. Parece mentira que la conexión entre los centros
arqueológicos mayas más importantes de estos dos países sea un camino de tierra
de 70 km lleno de baches y agujeros que hay que ir sorteando. En ese recorrido
se tarda más de 4 horas.
Para llegar al estado de Chiapas,
ya en Méjico, por esta parte del río hay que hacerlo en unas pequeñas
embarcaciones a motor que cruzan de un lado a otro en un recorrido de casi 40
minutos, no porque el río sea muy ancho, que lo es, sino porque el puesto
fronterizo mejicano no coincide con la zona de embarcaderos guatemalteca. Antes
de pasar por la oficina de inmigración mejicana desembarcamos en el sitio
arqueológico de Yaxchilán.
El río
Usumacinta, frontera natural entre Guatemala y Méjico
Yaxchilán está en una península a
la que sólo se puede acceder por el agua. Gracias a esta dificultad se ha
librado de la masiva avalancha, no de visitantes, que también, sino de
vendedores. Los vendedores de recuerdos, de reliquias, de reproducciones, fueron
un auténtico drama en todas las visitas que hice en Méjico a partir de ese
momento, tan diferente a como había sido en Guatemala; una pena.
La persona que nos guío por el
recinto nos pudo hablar de todo lo que nos rodeaba, no solamente de los templos
y de sus gobernantes, sino del gran prodigio natural que era aquella zona, el
último reducto silvestre que visitaría.
También nos habló de los
autosacrificios de los jerarcas, de la ofrenda de la propia sangre. Era
necesario que los reyes dieran ejemplo de sacrificio al pueblo ofreciendo su
sangre. Para ello era normal que se hicieran cortes y heridas. Vi una estela
donde se aprecia a un rey atravesándose la lengua con una cuerda llena de
espinas o puntas de cuchillo. Lo importante era que la ofrenda de sangre
viniera acompañada de dolor. Después de esto se veía con normalidad que se le
sacara el corazón a un prisionero, para ofrecérselo al Sol, o que se cortara la
cabeza a otra víctima para que la sangre regara y alimentara a la Tierra.
Yaxchilán,
el último sitio maya en Méjico aún virgen
La gran ciudad de la zona es Palenque.
Está en el centro de la región de Chiapas, y es uno de los sitios arqueológicos
mayas fundamentales, pero también uno de los más masificados y vendidos al
turismo. Mucha gente lo visita como parte del tour que han contratado, pero sin
que sea el objetivo principal de su viaje, y por eso no muestran ningún interés
especial, lo que genera un ambiente general de indiferencia. Está todo
demasiado adaptado a los desplazamientos entre pirámides, flanqueados por
ristras interminables de vendedores de artesanía y recuerdos, a diferencia de
Guatemala donde todo era más auténtico.
El Templo
de la Inscripciones en Palenque. Bajo la pirámide de este templo se encuentra
la tumba, con la famosa lápida, de rey Pacal. Es uno de los pocos casos en los
que la pirámide es también un monumento funerario
Palenque fue uno de los primeros
sitios arqueológicos mayas en ser explorado. Carlos III, estaba apasionado por
las ruinas de Pompeya en su periodo como rey de Nápoles y de las dos Sicilias.
Al ser nombrado rey de España sus intereses se volvieron hacia las ruinas mayas y encargó a Antonio del Río que organizara
una expedición a Palenque en 1787. Su hijo Carlos IV también encargó nuevas
expediciones, el levantamiento de planos y el dibujo de las ruinas.
El sitio es espléndido a pesar de
todo. La ingeniería y la arquitectura del sitio muestran una profunda
originalidad, tanto en el diseño de los huecos de sus construcciones, como por
la presencia de una torre de planta cuadrada, algo inclinada, que no tienen
igual en el mundo maya.
La torre
cuadrada de Palenque, una autentica originalidad arquitectónica dentro del mundo
maya. No se sabe si era para aproximarse a los dioses para ser utilizada tomo
torre vigía; yo me decanto por esto último
Arcos de
herradura, otra singularidad
Entre los huecos pude ver formas de
herradura, anteriores a su presencia en la arquitectura de Eurasia, lo que
habla, junto con la torre cuadrada, de la originalidad y la creatividad de sus
arquitectos. Sin embargo no me parecieron tan interesantes ni originales las
cubiertas que realizan con dos planos inclinados; allí están empeñados en
resaltarlas. Te quieren hacen ver que no llevan piedra angular y que por esos
son unos arcos extremadamente originales, pero no son arcos, a lo sumo se les
puede denominar como falsas bóvedas por la impresión equívoca que producen. Son
superficies planas que por aproximación se van acercando hacia el interior
mientras se cohesionan por detrás con un hormigón de cal. Son, por tanto,
paredes de hormigón macizas inclinadas que se van juntando sin llegar a
tocarse. Cuando están muy próximas se cierran por arriba con una piedra, pero
que no tienen ninguna función estructural, como es fácil de ver cuando se
desprenden. Pero, ¿qué son en realidad estas cubiertas más que una
petrificación de las cubiertas de huano de las chozas? ¿Es porque no quieren
olvidar su origen, porque encuentran comodidad y serenidad en esas proporciones
ancestrales o por algún complejo y oculto motivo?
En esta fálsa bóveda se ve el sistema constructivo: un
encofrado perdido hecho con piedra que se cierra hacia el centro, macizado por
encima con un hormigón de cal que sujeta todas las piedras. Como se ve, no
hacen falta piedras de remate ya que no cumplen ninguna función estructural
Las habitaciones cubiertas con las
falsas bóvedas maya son tan estrechas que podrían haberse cubierto simplemente
con una losa plana. Sin embargo prefirieron hacerlo de esa manera para alcanzar
más altura en el centro y, sobre todo, como decía antes, para mantener las
proporciones del espacio tradicional, el de la vivienda de palma y bajareque
pero realizado en esta ocasión con materiales imperecederos, como reclamaban
las clases dirigentes.
Una cama de piedra bajo una falsa bóveda en una estrecha
habitación, como serían las tradicionales, ocupándola de lado a lado
Imagen de las zonas residenciales, cercanas a los
templos, todas ellas con falsas bóvedas de aproximación
El deseo de recordar el espacio interior de la vivienda
tradicional los llevó a emplear elementos propios de la estructura de la cubierta de madera, el balo y el ka’aac. El balo es un
tirante horizontal a la altura del arranque de la cubierta que une los palos
inclinados, los toxche. El ka’aac cumple la misma función pero se
sitúa media altura, también de lado a lado. Lógicamente en este tipo de falsa
bóveda, que es completamente maciza, no tiene ninguna función estructural, pero
sirven para recrear un espacio identificable históricamente
En las dos últimas fotos en Tikal se ven los palos que
simulan el balo y el ka’aac. En la primera se ve una falsa
bóveda donde el palo se ha destruido con el paso del tiempo, dejando la caja
donde se asentaba, mostrando como no cumple con otra función más que decorativa
En estas fotos se ven los auténticos balo, en la parte inferior, y ka’aac,
a media altura, atando la estructura
En los pueblos que hay a los lados
de las carreteras se ven muchas casas tradicionales. Muchas están adosadas a
otras construcciones más recientes, construidas con materiales y formas convencionales.
Generalmente queda por delante la moderna y la tradicional aparece detrás. Aunque
también vi muchas construcciones con aspecto tradicional pero absolutamente
modernas.
En estas
fotos se ven viviendas tradicionales junto a construcciones realizadas con la
falsa sensación de modernidad que da la cubierta de chapa
El uso de la cubierta de huano es
muy común hoy en día en esta parte de Méjico, pero en restaurantes, terrazas
cubiertas y elementos de sombra en general, funcionando muy bien. Por tanto se
mantiene el uso y la técnica, pero probablemente esté entrando en desuso en
viviendas.
Algunos
ejemplos de restaurantes con la cubierta de huano
En estas fotos edificios de diverso uso, no residencial,
con la cubierta tradicional
Tras entrar en Méjico por el estado
de Chiapas, hay que desplazarse hasta el de Yucatán para seguir el rastro maya.
El nombre original de Yucatán era Mayab, “poco ocupado”. Lo más curioso
del nombre es que coincide con el del máster que yo dirijo en Madrid, máster en
Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática; parece que estaba predestinado a
buscar la arquitectura bioclimática del Mayab.
Parece que Yucatán es simplemente un error lingüístico, ya que los españoles
cuando llegaros a estas tierras preguntaron cuál era su nombre, a lo que
contestaron los nativos yu ka t’an,
literalmente “no te entiendo”; y así se quedó.
En el Yucatán a la vivienda maya se
la denomina en lengua maya kaajtal,
que quiere decir perteneciente a un pueblo, kaaj.
Leí que el gobierno mejicano
considera a las viviendas tradicionales mayas de cubierta de palma como no
habitables. Y puede que no lo sean realmente si están mal hechas o descuidadas.
Pero ¿es más habitable una vivienda con una cubierta que se sobrecalienta, que
no deja transpirar al edificio y que retumba como un tambor cuando llueve, que
otra con una cubierta de un material local, transpirable y aislante, aunque con
una vida limitada? No lo creo, mejor dicho, estoy seguro de que no lo es. Puede
haber otras casas más habitables, sin duda, pero no lo son las de bloque
hormigón y chapa metálica.
A la
derecha se ve una casa tradicional con unos muros de celosía pero con la cubierta
de chapa. A la izquierda la otra choza de la familia pero está conservando la
cubierta original. ¿Realmente es mejor la chapa?
La recogida de agua siempre ha sido
un objetivo básico para la subsistencia. A pesar de que llueva regularmente hay
que recogerla y, hoy en día, que los edificios lo hagan se ha convertido en una
práctica claramente sostenible. Los mayas no sólo usaban los cenotes,
abastecidos de forma natural por las aguas subterráneas, o las antiguas
canteras para rellenarlas con el agua de escorrentía de la ciudad o las vías de
acceso, sino que también usaban dispositivos como el chultun, que es una pequeña cisterna colocada debajo de una
superficie en forma de embudo.
Imágenes
del chultun que hay en Uxmal
Dejando de lado el agua y volviendo
a las ciudades mayas, en ellas se mezclan dos tipos de estructuras urbanas, la
de la vivienda indígena, perecedera, organizada de forma irregular en torno a
los edificios ceremoniales, y la de las construcciones de piedra, las pirámides
y el resto de edificios religiosos, administrativos o para la élite. Estos
edificios estaban planificados con gran precisión incluso para desarrollos que
durarían muchos años, todo ello con la intención de impresionar al pueblo
llano. Las viviendas en ocasiones podía formar pequeños agrupaciones entre los
templos, junto a las avenidas, pero la mayor parte de las veces eran edificios
aislados, como lo son hoy en día.
Para hacer más impresionantes a las
grandes pirámides y otras construcciones en piedra de las ciudades mayas, en
ocasiones se rematan con una enorme crestería. Al verlas por primera vez pensé
que tendrían alguna utilidad, tal vez para ayudar a ventilar, pero no, era sólo
para hacerlas más imponentes, como quien se pone un tocado para parecer más
alto. La base sobre la que se levanta el edificio son los tacones que también
sirven para impresionar.
Cresterías
en “El palomar” en Uxmal; no hace falta explicar el porqué del nombre
Sin embargo, como fui apreciando en
el viaje y he ido comentando, a pesar de la monumentalidad de las
construcciones en piedra, en ningún momento olvidaron su humilde origen
vegetal. Es verdad que en ocasiones querrían darles mayor relevancia a alguna
de esas cabañas, por ser la de un gerifalte o porque se iba a utilizar para una
ceremonia, y para ello se levantaba una base de piedra, el arranque de una
pirámide, para colocar encima la choza. Y en Tikal había comprobado también
como las cabañas acabaron siendo de piedra y de un tamaño algo superior a la
choza original, aunque siempre manteniendo las proporciones.
En esta
imagen de la plaza formada por los Templos I y II en Tikal se puede observar
cómo se verían en el suelo las construcciones vegetales y como encima del
templo había otra, la más importante, la utilizada para el rito, pero de piedra
y con cresta
Además, por fin, iba a tener la
oportunidad de ver como la imagen de la cabaña representada como un elemento
decorativo en las propias construcciones en piedra. Puede que estuvieran
representadas en muchas más de las que han perdurado, pero como el acabado era
un revoco pintado, el tiempo lo ha destruido y casi no quedan restos. Salvo en
las construcciones realizadas en estilo puuc,
en las que las decoraciones son bajorrelieves en piedra. El mejor ejemplo está
en el Cuadrángulo de las Monjas en Uxmal, donde la decoración representa
diferentes modelos de viviendas mayas.
Resulta
impresionante ver en el Cuadrángulo de la Mojas de Uxmal la suma importancia
que se da a la representación de las casas mayas tradicionales. Gracias a estas
imágenes sabemos lo primitivas que son y como han conservado hasta hoy en día
su forma y proporciones. Los modelos representados, aunque todos son
diferentes, son siempre la casa maya petrificada
En las construcciones según el arte
puuc también se pueden ver
decoraciones en las paredes que recuerdan a la estructura del bajareque, en
ocasiones formando mallas ortogonales y perpendiculares al suelo, en ocasiones
con mallas inclinadas 45º, las dos formas típicas de usar los palos de madera
en la viviendas tradicionales. No me cabe duda de que la vivienda primitiva y
sus técnicas constructivas dejaron huella en las más sofisticadas obras de
arquitectura del mundo maya.
Construcciones
en Uxmal con decoración de palos verticales a modo de balaustre, como en el
Templo de las Tortugas. Junto a estas representaciones el uso original en una
casa maya
En estas
obras también en Uxmal se ven decoraciones con celosías, las mismas que se usan
en los muros tradicionales y que se pueden ver cuando no están recubiertos
La última ciudad maya que visité
fue Chichén Itzá, una auténtica maravilla, pero también repleta de vendedores,
como casi todas las que estaba visitando en Méjico.
Me hubiera gustado poder entrar al
Caracol, el edificio observatorio que los mayas construyeron en Chichén para
ver de primera mano como hacían las observaciones y mediciones astronómicas que
les permitían conocer momentos clave del año, pero no se podía visitar. Además de
su claro interés astronómico, el edificio ofrece una gran singularidad formal
con el entorno, similar a la de la torre de Uxmal, ya que es circular con tres
círculos concéntricos en su interior separados por auténticas bóvedas de anillo;
una rareza. Los huecos en los diferentes anillos marcan la posición del sol o
la luna en los momentos clave para una cultura agrícola como la maya. Es
probablemente la obra arquitectónica de observación astronómica más importune
hecha por el hombre hasta nuestros días.
El Caracol
de Chichén Itzá
Pero no importa que no se pudieran
visitar muchos de esos edificios por dentro, porque en Chichén Itzá las
primeras construcciones que se hicieron también estaba realizado según las
normas del arte puuc y eso daba un
interés especial al exterior de todos
sus edificios. Algunas de esas construcciones eran auténticas casas maya de
piedra, concretamente un anexo que flanquea la Casa de las Monjas. Más adelante
los conquistadores venidos del centro de Méjico, los toltecas y luego los
chichimecas, influyeron en las obras posteriores.
Una choza
maya de piedra junto a la Casa de las Monjas
La construcción central de la
ciudad es la pirámide del Castillo, o templo de Kukulkán, por la que sube la
serpiente de luz en los equinoccios, y bajo la que se ha descubierto muy
recientemente que hay un gran cenote. Pero debajo no sólo hay un cenote, sino
otra pirámide intacta, más bajita que sirvió de apoya a la exterior. A eso se
llama rehabilitación o reutilización a lo grande.
Pirámide
del Castillo
A mí me había impresionado más
Tikal pero reconozco la importancia de Chichen Itzá, tal vez porque corresponda
al periodo clásico final de la cultura maya o tal vez por su carácter
fronterizo y lo que supone esa situación de mestizaje cultural con otras gentes,
toltecas y chichimecas.
Las variaciones constructivas en
las viviendas mayas que he ido describiendo corresponden muchas veces a la disponibilidad
del material local y en otras a matices microclimáticos. Por ejemplo, más al
sur de la región maya prevalecen las casas con muros estructurados con el
bejuco y recubiertos, como un bajareque, por dentro y por fuera con el mortero
de barro, a veces reforzado para evitar fisuras, con zacate. Es una solución
que regula bien las pequeñas variaciones de temperatura y absorbe los excesos
de humedad. El material de la cubierta es el huano.
Muro de
bajareque donde se ha desprendido parte del recubrimiento y se pueden ver los
bejucos
Hacia el este, los muros no suelen llevar
recubrimiento, lo que los hace más transpirables y favorece la ventilación
cruzada.
En estas
chozas la parte del muro es de celosía sin recubrir para facilitar la
ventilación
En la costa del Yucatán algunas
casas utilizan como cubierta un zacate de playa duro, tosco y resistente que
crece en zonas salinas. Al ser zonas muy húmedas necesitan de nuevo del muro de
barro para absorber parte de esa humedad. Generalmente están encaladas para
evitar los insectos en el interior de la estructura del muro.
Casas con
el muro encalado
Como he comentado, en la actualidad
está extendido el uso de la cubierta vegetal tradicional en muchas
edificaciones comerciales, como restaurantes o tiendas, o establecimientos turísticos,
todas ellas muy bien realizadas, en muy buen estado y con formas y tamaños que
trascienden de las de la casa maya. Sin embargo, las auténticas casas indígenas
están en mal estado; las que conservan la esencia original carecen de mantenimiento,
no tienen recubrimiento o se ha caído y están en mal estado general. Pero en
verdad hay muchas en uso aún en estas zonas.
Construcciones
turísticas con techo de palma
La cultura maya, y con ella sus
ciudades, duró desde el comienzo de nuestra era hasta el siglo X, un periodo
amplio si lo comparamos con los menos de 100 años de los incas, pero corto si
lo medimos con las obras que realizaron. Incluso antes, hacia el año 800 sus
ciudades ya entran en decadencia para ser abandonas poco a poco. ¿Por qué?, no
se sabe, pudo haber cambios en el clima que hicieran fracasar la cosechas y
provocaran carencia de alimentos, tal vez enfermedades, pero también pudo ser
una decadencia política de sus jerarcas absolutistas o de una sociedad que en
esos siglos evolucionó poco en temas tecnológicos; nunca llegaron a conocer, o
usar, la rueda, o el torno de alfarero, ni hicieron un uso amplio de metales.
¿Y qué se puede decir de las
viviendas tradicionales?, ¿por qué están desapareciendo? En primer lugar porque
la gente considera que otros materiales les dan más prestigio. En segundo lugar
por el mismo motivo por el que han ido desapareciendo este tipo de casas de
madera y techo de paja en otras partes del mundo, como en Japón, por los
incendios. Aunque a diferencia de Japón, aquí se cocina fuera y no hace falta
fuego para la calefacción, según me comentó un guatemalteco el incendio es la
causa principal. Cuando hay fuegos artificiales en las fiestas patronales el
riesgo aumenta porque pueden caer los cohetes sobre el huano. Otro problema que
genera la cubierta es que puede ser cobijo de alimañas, ya que a diferencia de
otras cubiertas de paja densa, la casa japonesa de Tokoyama o las pallozas de
los Ancares, que no permiten la entrada de animales, aquí es una capa ligera
para facilitar la ventilación llena de un espacio propicio para cualquier
anidamiento.
La evolución de estas casas, que en
su momento se produjo, ha quedado detenida en el tiempo. No sería muy
complicado el diseño de nuevas casas con la misma esencia que las originales pero
con menos problemas que los que tienen
hoy en día, para lo que sería necesario el apoyo gubernamental. Con ello
probablemente no se olvidara tampoco la arquitectura popular maya, allí donde
no se han perdidos las tradiciones, los ritos y el idioma.
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